Alejandro Toquero: «los universitarios seguimos sin ninguna garantía y con mucha incertidumbre»
El líder de Juventudes Socialistas de Motril subraya que la solución pasa por concluir el curso académico y evaluar los contenidos impartidos hasta el 14 de marzo
El malestar de la comunidad estudiantil de la Universidad de Granada afecta de manera directa a muchos motrileños que han tenido que adaptarse a un plan de contingencia -no exento de polémica- desde la suspensión de la actividad presencial que ha conllevado la crisis del Covid-19.
Pese a que la problemática se extiende al resto de universidades de España, para el secretario de Juventudes Socialistas de Motril, Alejandro Toquero, la hoja de ruta de la UGR es «ambigua y llega muy tarde». Se trata del documento que la institución granadina hizo público el pasado 17 de abril, más de un mes después del decreto del estado de alarma, con las orientaciones relacionadas con la docencia y evaluación no presencial ante la crisis sanitaria.
«El plan solo recoge recomendaciones para los profesores, no habla de cómo serán nuestras evaluaciones, ni qué criterios se van a seguir, y eso nos hace pensar que no nos tratarán a todos por igual», señala Toquero, que además está viviendo en sus carnes esta situación de incertidumbre como estudiante del máster de profesorado de la universidad granadina.
La solución no es fácil y el amplio abanico de casos a resolver se multiplica por momentos. La UGR oferta más de cien grados universitarios y casi el doble de másteres y doctorados. «Si no se da una solución generalizada en una situación tan excepcional como la que estamos viviendo, el problema se hace aún mayor y los estudiantes no contamos con ninguna garantía»
Además de esta situación surgen problemas adyacentes: cómo se realizarán las prácticas curriculares de los estudiantes, qué pasa con el alquiler de los pisos, cómo se van a hacer las defensas y la tutorización de los TFGs o TFMs o cuestiones aparentemente tan insignificantes como poder acudir a una biblioteca para buscar bibliografía sobre temas especializados que no se encuentran en Internet, con la intención de documentar parte de los trabajos de investigación que se están llevando a cabo. Estas son una ínfima parte de las preguntas que siguen en el aire o que presentan un vacío legal aún muy difícil de resolver y que preocupan, de lleno, a los estudiantes.
El secretario de Juventudes Socialistas, que ya denunciaba hace semanas que las medidas propuestas por la UGR no solucionan el problema real que se está padeciendo en esta institución estudiantil y que, además, genera “desigualdad entre los estudiantes», explica que la solución pasa por concluir el curso académico de inmediato y que los profesores evalúen las asignaturas con los contenidos impartidos hasta el 14 de marzo, fecha en la que se decretó el estado de alarma y se cancelaron todas las clases presenciales.
De esa forma, a juicio de Toquero, se estaría implantando verdaderamente el Plan Bolonia de las universidades españolas ante una situación excepcional. Requiriendo al alumno un esfuerzo mayor para realizar trabajos, pero con la certeza de que su nota no dependerá, en gran medida, de un examen cuyos contenidos, en muchos casos, no se pueden impartir garantizando un seguimiento de calidad e individualizado para cada estudiante.
A pesar de que la gran mayoría de profesores se están esforzando para impartir clases online, la programación está diseñada para clases presenciales y algunas plataformas educativas son complementarias y precarias. Sin ir más lejos, hace semanas el servidor de la Plataforma de Recursos de Apoyo Docente (Prado) de la UGR se caía de manera puntual. Un hecho que revolucionó a los estudiantes, que expusieron sus quejas a través de la etiqueta “#vergUGRenza”, convertida en tendencia nacional en Twitter.
Sin pasar muy a fondo por la brecha digital y las familias con pocos recursos que no pueden acceder a las clases telemáticas y que merecen un capítulo aparte, el líder de Juventudes Socialistas recalca que es fundamental que las universidades amplíen de manera drástica el plan de becas del curso que viene. «No sé si habrá muchos suspensos, pero seguro que sí existirá una bajada de notas entre los estudiantes y eso se debe contemplar», explica Toquero. «La solución pasa porque las becas atiendan solo a criterios económicos y no académicos el próximo año», que no será fácil de afrontar en ningún sentido.