Así se preparan las empresas frente al coronavirus para arrancar con seguridad el curso escolar
Medidas higiénicas, de distanciamiento, de logística y hasta de seguimiento de las clases online
Han pasado más de seis meses desde que Sara Mercado, directora de Grupo Musarte, tuviera que cerrar, de manera temporal, las instalaciones de este centro motrileño por el que pasan, a diario, cientos de niños decididos a potenciar su talento a través de una maravillosa experiencia en contacto con materias enriquecedoras como la música o el arte. Esa fue una de las primeras consecuencias de la pandemia del coronavirus que han vivido, recientemente, muchas empresas de la ciudad que hoy se preparan para una ‘vuelta a la normalidad’ muy particular y llena de incertidumbres todavía.
Durante estos meses de actividad empresarial a medio gas, Sara nos cuenta que su cabeza no ha parado de idear fórmulas para garantizar que dentro del centro se cumplan todos los protocolos de seguridad e higiene, así como las medidas a tomar en caso de que haya un foco de contagio. Son muchas las compañías que han tenido que configurar su regreso a la actividad de una manera casi solitaria, sin muchas indicaciones específicas por parte de las diferentes administraciones en materia anti-covid hasta ahora. En Grupo Musarte se han desarrollado planes para la reincorporación que contemplan, entre otros aspectos, medidas higiénicas, de distanciamiento, de logística y hasta de seguimiento de las clases online en caso de que algún alumno tuviera que ausentarse durante un periodo de tiempo o decidiera, en su totalidad, seguir el curso escolar vía telemática.
Lo que tienen claro empresarias como Sara Mercado es que la vida sigue y continúa y la educación no puede pararse durante más tiempo. «Hay que seguir y reinventarnos, no cabe otra opción», dice ella como única alternativa frente al coronavirus. En su caso, la configuración del centro ha cambiado por completo. Ahora, con una puerta de entrada y otra de salida, Mercado confía en que el acceso seguro está garantizado. Alfombrillas de desinfección, geles de manos y una señalización clara para los recorridos que deberán seguir los alumnos dentro de este espacio, que este año contará con grupos más reducidos. Dentro de las aulas también habrá vinilos creativos en el suelo para que los niños ocupen un lugar determinado con el objetivo de que guarden, en las clases grupales, una distancia interpersonal adecuada.
Hasta aquí todo podrían parecer medidas generales que contemplan todo tipo de sectores dentro de sus negocios para combatir la expansión del coronavirus y evitar los contagios. Pero la llegada del mes de septiembre, que siguen con mucha atención empresas del sector educativo, requiere estándares más exigentes de seguridad para que padres y profesionales confíen en esta particular ‘nueva normalidad’. Sara Mercado nos explica que además de incorporar mamparas protectoras en las clases de instrumento, se han colocado filtros y bombas de extracción de aire y han incorporado una máquina de desinfección en seco homologada para limpiar y desinfectar todas las aulas e instrumentos durante los cambios de clase. Todo ello sin ningún tipo de ayuda económica que facilite el desarrollo de la actividad de las empresas en los próximos meses.
Además, los profesores de este centro de música y arte usarán mascarillas logopédicas. El objetivo es que los niños entiendan bien los labios de sus profesores. «Es esencial pronunciar y articular bien cuando los niños son más pequeños y se inician en el lenguaje», cuenta su directora. Otro detalle más que demuestra que las organizaciones están dispuestas a aplicar todas las medidas necesarias para que sus empresas sigan siendo, en esencia, lo que siempre han sido y que cuenten con un extra que valide que son lugares seguros y saludables tanto para sus trabajadores como para sus clientes.
«Hacer las cosas bien, en este momento, es crucial no solo para continuar nuestra actividad, sino para favorecer que salgamos cuanto antes de esta crisis de orden mundial», subraya Sara Mercado. La implicación de estos empresarios recalca aún más la idea de que querer frenar el virus forma parte también de una cuestión de actitud. Una responsabilidad de todos. No hay excusa para no hacer los deberes.