Bocabeach, de puesto de bocatas a restaurante puntero de playa Granada

BocaBeach Playa Granada

Romario cuenta que este bar "con mucho rollo" es la propia exteriorización de su personalidad

Todo comenzó con un puesto modesto de comida para llevar en los alrededores de la playa de Poniente, muy cerca del camping. Romario había trabajado durante años en la hostelería y había percibido un ‘hueco’ en esas eternas noches de verano, en la que cientos de personas buscaban echarse algo a la boca después -y durante- la fiesta. Ese kiosko de bocatas y hamburguesas familiar se convirtió en lo que ahora es uno de los restaurantes más punteros de playa Granada.

Transgresor, diferente y con el rollo playero incrustado en el ADN nació BocaBeach, un lugar que como el mismo Romario cuenta «es su propia exteriorización como persona». «Después de dos años en la playa de Poniente necesitábamos un espacio más grande, queríamos poner una pequeña terracita y este nos pareció perfecto», señala, aunque no era la idea que rondaba su cabeza en un primer momento. Lo que sí tenía muy claro es que el bar seguiría estando en la playa y que mantendría su linea desenfadada por encima de todas las cosas. Tal es así que la totalidad de la decoración de BocaBeach es una huella de los viajes que ha hecho este empresario motrileño por todo el mundo. Bicis en las paredes, una tabla de surf como barra de bar o hasta algunas de las sillas que pertenecieron a una antigua heladería motrileña. No hay nada que no tenga un porqué en este local en auge que cambia continuamente y que guarda muchos patrones de la decoración inglesa. Romario es lo que se conoce por un manitas y siempre está inventando algo nuevo. Creativo, con personalidad y con ganas de hacer cosas que «no se ven en Motril», el verdadero alma máter de BocaBeach puede convertirte un barril de aceite de vehículos en una mesa con «mucho rollo» en la que tomarte una cerveza fresquita a un paso del mar.

«En los negocios no le tengo miedo a nada», adelanta Romario, que antes de montar su restaurante estudió fotografía. Ese ojo clínico le hizo darse cuenta de que los mismos bol de frutas que se preparaba para merendar y que subía a las redes sociales a la gente le encantaban. La idea la quiso trasladar al propio restaurante, que cuenta con una carta amplia y llena de variedades. Pizzas, hamburguesas, ensaladas y muchas opciones para merendar y desayunar de lo más variopintas y saludables. Además, Romario no cree en las cosas cerradas e inamovibles. «Mezclo lo que veo y lo que me gusta», dice, por eso la cocina está abierta a incluir nuevos platos fuera de carta y siempre anda a la búsqueda de nuevas creaciones, como el recién estrenado volcán de camembert.

De lunes a lunes y con una plantilla de diecisiete trabajadores, BocaBeach se está adaptando a los cambios a un ritmo vertiginoso en esta nueva aventura. Romario comenta que la crisis sanitaria les ha pasado factura y que la vuelta a la normalidad se nota porque existe un sobrecoste que los negocios tienen que asumir para que los restaurantes sean un espacio seguro de virus. Durante el estado de alarma incrementó sus repartos a domicilio en un 400% y puso un servicio de café gratuito para los trabajadores que estaban combatiendo el Covid-19 en primera línea. «Me pasaba la gran parte del tiempo aquí solo y no me importaba servirles un café, no sabía de qué forma ayudar», se sincera. Un gesto que muchos de esos trabajadores agradecieron. «Cómo echaba de menos un café de máquina», le decían a Romario por la ventana en esos días inciertos.

Ahora, espera que el futuro traiga buenas noticias. «Éramos ricos y no lo sabíamos», expresa Romario como resumen a todo lo que Motril ha vivido durante el estado de alarma. Los temporales no le han robado la ilusión -y de eso saben mucho nuestras playas-. Pase lo que pase, BocaBeach seguirá siendo un lugar para olvidarse del mal tiempo con el sonido del mar de fondo.

Temas: Gastronomía, Playas.
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