Café para levantar el ánimo y las ganas de seguir adelante
La crisis sanitaria sigue mostrando la cara más solidaria de los motrileños
Ponerle el termómetro a una situación como la actual crisis sanitaria provocada por el Covid-19 es bastante complicado. Existen miles de historias. Detalles que, por la virulencia y la rapidez de los acontecimientos, pasan desapercibidos y no ocupan grandes titulares. Pero, al margen de los datos oficiales, hay gestos que ayudan a hacerse una idea esperanzadora del ánimo que hay ahí fuera.
Este viernes han sido Sebastián Linde y Mercedes Barragán los que han ayudado a dibujar una idea fiel de qué es en realidad la solidaridad. El empresario y exconcejal de Economía y Hacienda del Ayuntamiento de Motril, junto a la abogada y socia de la Administración de Fincas que dirige Linde, han dotado al Servicio de Urgencias del Hospital Santa Ana de Motril de cafeteras y electrodomésticos para hacer más llevadera la situación que viven estos profesionales combatiendo a diario el coronavirus.
Una acción que nacía, simplemente, de una llamada de teléfono. «¿Cómo estás? ¿qué podemos hacer para ayudaros?» fue lo que le dijo Sebastián a David, uno de los técnicos en emergencias sanitarias que está combatiendo cara a cara las consecuencias del coronavirus en el municipio.
Con la cafetería clausurada del hospital, muchos profesionales sanitarios no tienen ni la posibilidad de tomar un café o un tentempié entre turnos de guardia prolongados. Sebastián y Mercedes no tardaron ni un segundo en aceptar la humilde petición ahora que el café es una de las fórmulas mágicas para mantener el ánimo arriba.
«Estos profesionales se han convertido en nuestros héroes y queríamos ayudar de alguna forma porque esta lucha es de todos», cuenta Sebastián para este periódico. Mercedes asiente y añade que los sanitarios están dando «lo mejor de sí mismos» para ayudar a los enfermos sin mirar, ni un segundo, sus relojes.
Gracias a granitos de arena como estos, hoy Motril está erigiendo una montaña con toneladas de solidaridad que llegan desde todos los rincones, barrios y anejos motrileños. El virus ha puesto a prueba a la sociedad y la sociedad está respondiendo de la mejor forma que sabe: con sus manos y sus pequeñas aportaciones.