García Chamorro: si hubiese un título para este capítulo de mi vida sería ‘La madurez’
La actual alcaldesa de Motril, Luisa García Chamorro, llegó a la política en el año 1995
El óleo de la ‘Mujer descansando’, que ahora forma parte de las obras expuestas del Museo Hernández Quero, fue el primer cuadro que tuvo Luisa García Chamorro en su despacho de alcaldía. Fue hace años, pero aquel detalle irónico la lleva al presente. El verbo descansar no forma parte del diccionario de la actual regidora del Gobierno municipal. Independientemente de las inclinaciones políticas y de la impostada seriedad de los viejos discursos, a nadie se le escapa que García Chamorro tenía ganas. Ganas de demostrar su valía como mujer al frente del Ayuntamiento de Motril.
Ella no lo sabía. Pero un padre siempre tiene en el bolsillo ese sexto sentido que le hace poner la mirada en aquello que nos mueve por dentro. Y así fue. García Chamorro llegó a la política en el año 1995 y por el empuje enérgico de su padre. Fue con María Victoria del Valle, otra de las mujeres emblema de la historia motrileña, cuando comenzó a formar parte de la ejecutiva local del Partido Popular.
Años más tarde, coincidiendo con la última etapa de Luis Rubiales (PSOE), la actual alcaldesa de Motril se convertiría en concejal de la mano de Carlos Rojas. Aquella decisión la catapultó al presente, convirtiéndola en la actualidad en la concejal más antigua del Ayuntamiento de Motril, incluso por encima del teniente de alcalde de Urbanismo, Antonio Escámez.
El universo político le ha dejado rosas y espinas. Algo que asume con entereza, con el sentido profundo de la palabra «partido» y con el silencio que hay detrás de una media sonrisa que a veces llora por dentro. La apatía y el desapego político nos hace olvidar que detrás de estos políticos se esconden personas de carne y hueso. El hombre no es razón pura, es pasión y sentimientos. Esa parte irracional tan importante que a veces olvidamos cuando hablamos de política. «Tomar decisiones no siempre es sencillo», dice García Chamorro, «lo importante es llegar a casa y preguntarte qué has hecho hoy para beneficiar a los vecinos y tener siempre algo bueno que responder», confiesa.
«No entiendo cómo puede haber gobiernos que se pasen toda una legislatura sin hacer nada», apostilla y, a la vez, reconoce sentirse más cómoda ahora con un gobierno en coalición, que anteriormente con una mayoría absoluta. «Somos el gobierno municipal más plural de la historia de Motril, no hay compartimentos estancos, los proyectos son globales porque lo que tenemos es un proyecto de ciudad», señala.
García Chamorro subraya que si hubiese un título para este capítulo de su vida sería «La madurez». Aunque pueda parecer surrealista, ese reloj suizo que llega siempre, puntual, a la hora, también disfruta tranquila, le gusta leer y ahora se desvive con la serie de ‘No hables con extraños’.
Todos coinciden. Los espigones, las conducciones de Rules y la llegada del tren son las reivindicaciones más importantes de la ciudad. En su mayoría, son demandas que no dependen del Ayuntamiento de Motril, aunque el Consistorio se afane, de manera unánime, en intentar cambiar el dicho infinito que rodea al municipio ‘de las grandes potencialidades’. Lo que sí es deber de la regidora municipal, y así lo afirma, es convertir a la ciudad en un lugar «bonito y agradable de visitar», donde se mejoren las infraestructuras pero «también se mantengan constantemente», porque eso es, a juicio de García Chamorro, «lo que quieren y piden los vecinos».
Falta mucho para la celebración de unas nuevas elecciones municipales. Pero por delante queda un tiempo apasionante, que arrastra cientos de retos que veremos cumplidos, o no, con el paso de los días. Sin duda, lo que no falta es intención. El resto, ya lo sabremos en el futuro.