Juan Maldonado: «este año no hemos salido a la calle, pero sigue siendo Domingo de Ramos»
"Actuar en consonancia y todos a una fue una decisión completamente acertada" / "La implicación de la iglesia siempre es más grande de lo que se suele hablar"
Conversamos con Juan Maldonado, Hermano Mayor de la Hermandad de la Borriquita de Motril, sobre la suspensión de la Semana Santa, la crisis del coronavirus y sus consecuencias en el mundo cofrade y religioso de la ciudad.
Hoy es un día muy diferente. Nadie lo hubiese imaginado así. ¿Qué lección le deja esta crisis sanitaria?
La verdad es que es un día que no estaba en el pensamiento de nadie, pero no ahora, en ninguno de los años atrás podríamos pensar que estaríamos viviendo esta situación. Pero tenemos que afrontarlo.
La lección que me deja esta crisis sanitaria es que, como diría aquel, «no somos nadie» y somos muchos a la vez. No somos nadie ante un virus que llega sin avisar, invisible, que logra paralizar un mundo entero, lo que no somos capaces de hacer los humanos. Y, a la vez, somos muchísimos y tenemos que tomar mucha nota de lo que está pasando, sobre todo en el tema de solidaridad hacia los demás. Poder ayudar siempre lo que se pueda, cada uno en su justa medida, pero no olvidarnos de que hay que arrimar el hombro por todos los que están peleando en primera fila o perdiendo sus trabajos después de haber salido de una crisis unos años antes. La labor de caridad debe salir ahora desde lo más profundo de nuestro corazón.
¿Cómo se vivió la suspensión de las procesiones por el coronavirus en el seno de la Hermandad?
Creo que fue la crónica de una muerte anunciada. Tal y como estaban sucediendo los acontecimientos, con anulaciones de otros actos importantes que preveían grandes aglomeraciones, lo veíamos venir. Actuar en consonancia y todos a una fue una decisión completamente acertada. Nos pareció una postura normal y la asumimos con todas las consecuencias.
¿Servirá para que las Cofradías obtengan un mayor reconocimiento social por su papel dinamizador de la economía y el turismo de la zona?
Por supuesto. Creo que el papel que juega la Semana Santa es fundamental en muchos sectores. El tema económico relacionado con la restauración o de todo lo que rodea al mundo de las hermandades, como puede ser la música, la cera, la flor, las velas o las palmas en nuestro caso va a quedar patente. Sobre todo en la hostelería. Paralizar la Semana Santa es algo francamente importante para el perjuicio de todos los pequeños comercios y la gente que vive de cara a los demás y que este año va a sufrirlo bastante.
¿En qué se focalizó la Cofradía este año? ¿Había grandes estrenos?
No teníamos grandes estrenos. Este año, los Cabildos y los presupuestos que aprobamos estaban más encaminados a la labor de trabajar de puertas hacia dentro. Teníamos varias reformas que queríamos acometer en la casa de hermandad y algunos arreglos de orfebrería.
Sí se afrontó hacer la cruz parroquial y los ciriales nuevos y empezar la elaboración de los báculos con el escudo de la hermandad renovado. También estrenamos algunas vestimentas para la Virgen del Rosario y un mantolín para el Señor. Pero es cierto que nos hemos empleado más hacia dentro y, lógicamente, no hemos olvidado nunca el tema de la caridad, que es fundamental.
¿Dónde pone la mirada ahora, en la Semana Santa 2021?
Creo que puede ser un año para reflexionar. Deberíamos elaborar un depósito con todas estas vivencias, carencias y cosas buenas del ser humano. Deberíamos colocarlas ahí y que tengamos siempre presente a todas las personas que están poniendo la cara para que no se nos olvide cuando todo pase. Trabajaremos en una Semana Santa recuperando lo pasado, pero sin olvidar lo que estamos atravesando y que se va a vivir desde una perspectiva más profunda e individual. Eso también tendrá sus cosas buenas.
Qué lectura le sugiere los que reivindican una mayor implicación de la iglesia en esta crisis.
Lo veo lógico porque siempre se quiere algo más. Las personas peleamos para que cualquier organismo se implique más. La implicación de la iglesia siempre es más grande de lo que se suele hablar. Lo que pasa es que no se contabiliza, no se alardea o no se hacen públicas todas las obras de caridad que se llevan a cabo. Pero, por supuesto, siempre se puede hacer más. No me cabe duda de que tanto la iglesia, como Cáritas o como los organismos que se dedican a atender a las personas más necesitadas están dando el callo más que nunca. Las propias cofradías estamos empleando partidas que antes no iban destinadas a la caridad porque nos vemos obligados a hacerlo ante una situación de estas características.
¿Habrá magna cuando acabe la pandemia o no es partidario?
No soy partidario. Intentar sacar de una desgracia algo extraordinario para aprovecharnos y sacar un paso a la calle no me parece correcto. Cada cosa tiene su tiempo y el tiempo de haber sacado una procesión era esta semana. Y si Dios no ha querido, no ha querido. Lo que debemos es dar gracias a Dios cada uno desde su interior y desde los medios que tenemos: la iglesia y nuestras imágenes estarán con las puertas abiertas. Hay otras fórmulas más personales, más discretas y más profundas.
¿Qué echará de menos hoy?
Pues imagínate. Desde las seis de la mañana ya estamos liados haciendo esos 600 bocadillos. La misa de bendición de palmas desde la plaza del Tranvía, al lado de nuestro colegio, o la apertura, a las cinco de la tarde, de la Iglesia Mayor para abrir la Semana Santa de Motril. Esos rayos de sol que dan paso a la salida de la Borriquita son parte de los instantes más especiales y que tanto echaré de menos. Quiero ver a ese séquito de hebreos y penitentes, a la gente en la calle, disfrutar del bullicio y el jolgorio que sale a recibir al Señor y la Virgen del Rosario. Lo será en la Semana Santa 2021. Este año no hemos salido a la calle, pero sigue siendo Domingo de Ramos.