La Costa Tropical lleva más de dos décadas pidiendo sin respuesta la protección de su litoral

“Los dirigentes políticos de este país prefiere mirar para otro lado e ignorar al sur de Granada porque para ellos parecemos no ser ciudadanos de primera, y porque hay otras zonas más interesantes en las que invertir el dinero que pagamos con nuestros impuestos todos los españoles. Nosotros también”

La petición al Gobierno de España para que se estudiara la necesidad de proteger las playas de la Costa Tropical con espigones y escolleras viene de muy atrás. Por ese gobierno han pasado los partidos de un color y del otro. 

Durante décadas, los responsables políticos han ido cambiando y muchos de los técnicos de entonces son los de ahora, seguro que ellos pueden refrendar que esta demanda viene de lejos sin que nadie, ninguno, haya hecho nada por solucionar este grave e importante problema que azota la zona litoral de la costa granadina.

Los empresarios de las playas han perdido la confianza. Las peticiones no han surtido efecto y las múltiples promesas de afrontar este problema han sido incumplidas de forma reiterada. “Lamentablemente, para la clase política y para nuestros gobernantes las playas parecen no ser lo importantes que son para el sector turístico del que, mayoritariamente vive este país. Tampoco parecen ser una infraestructura urgente, ni necesaria, ni generadoras de empleo, riqueza y calidad de vida. Simplemente están ahí y si se deterioran con los temporales, con un puñado de camiones de arena lo arreglan todo”, lamenta Francisco Trujillo, presidente de Empresarios de Playas Costa Tropical.

En infinidad de ocasiones, los granadinos de la costa han lamentado que todo lo referente a las playas y al turismo se debatiera en la capital, en el interior, ajenos a los problemas reales de los vecinos del litoral. Algunos han sido mucho más osados pidiendo “pertenecer a Málaga y no a Granada”. Y aunque lo consideramos absurdo, solo demuestra el hastío y el malestar de sentirse ignorados tanto tiempo. Casi tres décadas es demasiado tiempo.

En 2016 parecieron tomarnos en serio y el Gobierno encargó un “Estudio de dinámica litoral, defensa y propuestas de mejora en las playas con problemas erosivos, considerando los efectos del cambio climático”. El informe de este estudio vio la luz en junio de 2017 y señalaba que la erosión era grave y que había actuar, de ahí que anunciaran que se invertirían en la Costa Tropical la cuantía asciende a más de 6 millones. En esa misma nota de prensa, el Delegado del Gobierno señalaba que hasta la fecha, “Granada había recibido un total de 726.000 euros y, de los que 484.000 se invirtieron en las playas de Motril y otros 242.000 euros en las de Almuñécar”. Después de esto, poco más…

Desde 2017 se han llevado a cabo decenas de manifestaciones. Los empresarios de las playas de la Costa Tropical han mantenido infinidad de reuniones con dirigentes de Medio Ambiente, Dirección General de Costas, Delegados del Gobierno, Consejeros, Delegados y directores técnicos… pero tampoco hemos sido escuchados. 

En noviembre de 2021 el Secretario de Estado, Hugo Morán, se reunía con ellos para anunciarles que algunos de los proyectos de los espigones estarían aprobados en 2022 y se ejecutarían a lo largo de 2023, con cargo a los fondos Nex Generation. A fecha de hoy, ni hay proyectos, ni se han vuelto a reunir con ellos, y  nada más se sabe del compromiso que les transmitieron. 

Hoy, a poco de despedir el 2022, “volvemos a denunciar esta desidia, esta falta de respeto, esta ausencia de rigor y, sobre todo, denunciamos que las playas de la Costa Tropical necesitan con urgencia la protección del litoral y que los dirigentes políticos de este país prefiere mirar para otro lado e ignorar al sur de Granada porque para ellos parecemos no ser ciudadanos de primera, y porque hay otras zonas más interesantes en las que invertir el dinero que pagamos con nuestros impuestos todos los españoles. Nosotros también”. Francisco Trujillo, Presidente de la Asociación de Empresarios de las Playas de la Costa Tropical de Granada.

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