La ofrenda floral de la Virgen de la Cabeza se celebra con amplias medidas de seguridad

La cita ha cambiado su emplazamiento tradicional, el Parque de los Pueblos de América, a causa de la pandemia

Como cada 13 de agosto, pero con un sabor agridulce y atípico, se ha celebrado la tradicional ofrenda floral y de alimentos en honor a la Patrona de Motril, Nuestra Señora de la Cabeza. Atrás quedó el recuerdo mágico de los días grandes de agosto de Motril, que esta semana estaría en plena efervescencia viviendo sus fiestas patronales. La cita, que este año no ha tenido lugar en el Parque de los Pueblos de América sino en su propia casa, el Santuario de la Virgen, se ha realizado con todo un arsenal de medidas de seguridad a causa de la crisis sanitaria del coronavirus.

El Covid no ha dejado sin ideas a la hermandad patronal para estas fechas tan señaladas. Hoy, durante el transcurso del evento que se iniciaba a las 18.30 horas de la tarde, se ha puesto en marcha un amplio dispositivo para organizar que la entrada y salida de fieles y devotos se hiciera correctamente y de la manera más ordenada posible. Además, la hermandad dispuso una pantalla de grandes dimensiones en el atrio de la Iglesia con sillas separadas para que los fieles que no pudieran acceder al templo tuvieran la oportunidad de disfrutar de la ofrenda al aire libre.

En un principio, la tarde ha sido relativamente tranquila y fue animándose a medida que se iba acercando la hora de la eucaristía. Llegadas las 21 horas de la noche daba comienzo la misa, que estuvo presidida por el Vicario Territorial, Juan Bautista Amat. Hasta allí se desplazaron portando centros de flores blancas y bolsas de alimentos -que irán destinados a Jesús Abandonado- todo tipo de organismos, entre ellos, el presidente de la Autoridad Portuaria, José García Fuentes, representaciones de todas las Cofradías de la ciudad y de la propia Agrupación y una amplia representación de la corporación municipal encabezada por la alcaldesa de Motril, Luisa García Chamorro, quien entregó al término de la ofrenda el bastón de mando a la Virgen, un gesto que cada año se repite y que en esta ocasión ha tenido lugar a los pies del altar.

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