«Los niños necesitan experiencias y estímulos, no podemos frenar en seco su desarrollo»
La especialista en gestión del talento y educadora, Sara Mercado, ofrece una perspectiva más esperanzadora de esta nueva realidad
Casi nueve meses después de la declaración del estado de alarma por la aparición del Covid-19 en España, son muchas las familias con hijos menores las que siguen viviendo mentalmente confinadas y con un sinfín de interrogantes provocados por la pandemia. Aunque hemos pasado por muchos estados emocionales durante los últimos meses, psicológicamente nadie estaba preparado para lo que nos tocaba vivir.
Ante esta situación claramente atípica, la especialista en gestión del talento y educadora, Sara Mercado, ofrece una perspectiva más esperanzadora de esta nueva realidad, especialmente para los niños, que necesitan un aporte de seguridad e ilusión en momentos tan complicados.
En primer lugar, explica Mercado, «el miedo va a seguir presente entre nosotros porque de lo contrario nos habríamos convertido en unos inconscientes», pero añade que los padres tienen que tratar de mentalizarse de que la vida ha cambiado, pero nunca ha dejado de ir hacia delante. “No es justo que nos haya tocado vivir esto, pero a los niños debemos premiarles desde la experiencia y con mucha sensatez, no podemos vivir aislados y sin estímulos porque eso altera significativamente nuestro bienestar». En este sentido, la fundadora del centro de arte y música motrileño, Grupo Musarte, considera que hay que lidiar con la pandemia, pero las familias no tienen porqué hacerlo solas, sino que deben apoyarse en disciplinas que ayuden a poner en funcionamiento todas las herramientas posibles que, unidas, potencien el desarrollo integral de sus hijos.
«Los niños están teniendo una madurez que no les corresponde ni por edad», señala Sara. Y, afortunadamente, las familias están respondiendo de manera positiva a esta situación sin precedentes. «Está claro que es una situación triste, pero somos muchos los que no queremos vivir en un mundo gris, ese club no nos gusta», dice ella, que acaba de decorar el centro para la llegada de Halloween. «Esta vez los globos están colgados en el techo para que no se puedan tocar, pero estos niños necesitan encontrar estímulos y respuestas, lo cómodo sería no hacer nada, pero se pueden seguir haciendo cosas siendo cuidadosos y responsables», subraya.
La estimulación cognitiva, motora, auditiva, visual y emocional sigue siendo una necesidad que los niños deben trabajar ahora más que nunca. Según Mercado, muchos padres valoran los contenidos educativos que se imparten en Grupo Musarte, no solo porque están estrechamente relacionados con la música y el arte, sino por su valor añadido, por lo que implica y aporta en el desarrollo de los menores. Los expertos y educadores coinciden en esta percepción, ya que la evolución de los niños en edades tempranas está siendo más lenta, precisamente porque el parón del confinamiento ha provocado que su respuesta a estímulos sea más carente. «Si no hay estímulos, los niños no pondrán en funcionamiento los canales de aprendizaje para integrarlos en su desarrollo», añade Sara. Esto varía según las edades, pero Mercado hace énfasis en que las edades tempranas son «cruciales» porque durante esta etapa las conexiones neuronales de los niños son más rápidas. «Ellos están receptivos a aprender y si no le damos respuestas de calidad estamos privándoles de desarrollarse de una manera natural, porque aunque esta situación no lo es, su crecimiento no debería parar», destaca.
La emoción, otro ingrediente que pulir
Mercado pide relativizar, continuar con la vida, aún siendo muy conscientes. Porque además de las habilidades cognitivas, la parte emocional y afectiva también se está viendo muy perjudicada. «Necesitamos aprender a vivir con las emociones y saber autorregularlas, debemos entenderlas y aceptarlas y, además, hacerlo desde la mirada de un niño».
Ante esta necesidad, y de la mano de grandes profesionales del ámbito de la estimulación temprana, es clave resaltar la importancia de la potenciación de las capacidades de los niños en edades tempranas y en cada nivel y momento madurativo. «El niño, cuando llega a un centro como el nuestro, no sólo está tocando la guitarra, también trabaja la atención, su capacidad viso-espacial leyendo pentagramas, el ritmo o las habilidades sociales», insiste. «Tomemos conciencia de la importancia de todo esto y de que, en momentos difíciles, siguen existiendo alternativas y oportunidades», concluye.