Miguel Ángel Gállego hace oficial su candidatura a Hermano Mayor de la Patrona de Motril

«Tengo ideas muy ilusionantes»

El mundo cofrade de Motril, y sus hermandades de Gloria y Penitencia, continúan trabajando y construyendo lo que será el devenir de las corporaciones tras la pandemia. Un momento atípico, en el que además algunas de ellas tendrán que celebrar cabildo de elecciones, como es el caso de la Real Hermandad Sacramental de Nuestra Señora de la Cabeza, que llevará a cabo este importante acto el próximo 29 de mayo.

Hemos podido hablar con, hasta ahora, el único candidato a Hermano Mayor que se postula para dirigir el futuro reciente de la Hermandad Patronal durante los próximos cuatro años, Miguel Ángel Gállego, una figura reconocida en el entorno de las hermandades, pero involucrado especialmente a la Virgen de la Cabeza desde hace más de 30 años. Fue durante el mandato de Carlos Martín Balderas cuando Gállego formó parte de la Junta de Gobierno como delegado de horquilleros. Cuenta que en ese momento pensó que hacía falta “más tiempo” para cambiar el funcionamiento de una corporación como la de la Virgen de la Cabeza, pero que cuando acabó el mandato no estaba “con ánimos” para presentarse, algo que sí le pidieron muchos hermanos.

“Ahora que se abre un nuevo periodo electoral se me ha vuelto a plantear y después de hablarlo y meditarlo mucho, he decidido dar el paso al frente y trabajar para que Nuestra Madre y la Hermandad reluzcan como se merece”, expresa Gállego, que admite que la transformación de la hermandad debe venir acompañada de “abrir las puertas” de forma definitiva al pueblo de Motril. “Debe ser la Hermandad de todos y debe haber un impulso para la juventud”, recalca. “La Hermandad tiene que ser la antesala de la Iglesia y si para conocer el camino de Nuestro Señor debemos ser el instrumento, así lo intentaremos”.

No es un hombre impostado, Miguel Ángel habla siempre desde la tranquilidad y huye del ruido. Le impulsa su vínculo emocional y sus recuerdos de niño -y no tan niño- en los que siempre ha ligado la fe con la devoción profunda a la Madre del Santuario. “Me crié entre los fogones de las Hermanitas de los Pobres, en la Residencia Santa Amelia, y para ellas siempre fue un faro Nuestra Madre María. Uno de los actos más bonitos de la Coronación fue ver como la Madre Superiora y la Asistenta formaban parte de la ceremonia en la Misa”, recuerda.

Y tampoco tiene miedo. Sí respeto a encabezar -si así lo decidieran los hermanos- el próximo 29 de mayo, a una corporación más que centenaria y en plena pandemia. Sucedería en el cargo a María José Garrido, Hermana Mayor durante el último mandato, con la idea de fomentar, no solo el binomio entre juventud y veteranía en las distintas áreas de trabajo, sino también el papel social de las hermandades en tiempos tan complicados como los que nos está tocando vivir. “Hay mucha gente que lo ha pasado y lo está pasando mal tanto en lo personal como en lo económico y no podemos olvidar que gran parte de nuestro trabajo como hermandad y como cristianos es ayudar a los más necesitados”, subraya.

En su programa, condicionado por el Covid-19, figura en primer lugar conocer el estado de la hermandad y, en base a eso, comenzar a trabajar. “Hay muchas ideas ilusionantes”, dice. “Pero el reto más importante será el de hacer crecer el números de hermanos y terminar el mandato con un año lleno de actos para conmemorar el 25 aniversario de la Coronación Canónica de la Virgen de la Cabeza”, adelanta a este diario.

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