Motril y sus anejos visten de color sus balcones con la llegada de las Cruces de Mayo

El coronavirus ha agudizado el ingenio y no ha borrado el ánimo de los vecinos para celebrar una de sus tradiciones más populares desde casa

Pese a la orden de confinamiento declarada en todo el país, los primeros días de mayo no han querido pasar desapercibidos para los vecinos de Motril y sus anejos, que han celebrado las fiestas de las Cruces engalanando sus balcones y ventanas. La Costa no ha querido renunciar a su forma de vivir las tradiciones. Aunque debido a la crisis sanitaria los vecinos no han podido hacerlo en las calles, Motril y sus pueblos cercanos se han remontado al origen de la fiesta de la Cruz de Mayo y han vuelto a convertirla en la celebración doméstica de siempre, como en aquellos años en los que la familia se reunía en los patios y salones de muchas casas. En las redes sociales, que se han llenado de fotografías de patios y balcones decorados, no han faltado tampoco los vídeos que atesoran que el baile y la música tradicional de estas fechas han estado presentes en todo momento.

Las restricciones del estado de alarma impuestas por el Gobierno de España para frenar la propagación del COVID-19 no ha borrado el espíritu festivo del municipio, que se ha volcado con la elaboración de las Cruces en casa y ha conseguido movilizar a cientos de vecinos de Motril, Carchuna y Calahonda. El ingenio y la creatividad ha sido el plato fuerte de esta popular celebración en tiempos de coronavirus. Cruces de todos los tamaños, colores y gustos. Las hay modestas, de lunares, hechas de manera artesanal y hasta cruces hechas con una torre de papel higiénico. Otras llevan estampitas y fotografías de los titulares de las distintas Cofradías de Motril y no faltan las floridas, llenas de color y macetas de todo tipo. Los balcones, patios y habitaciones se han convertido en el espacio perfecto para celebrar por todo lo alto esta tradición. No han faltado las coles, las migas ni las papas a lo pobre con un brindis en el balcón, ya que el tiempo y las temperaturas han acompañado durante todo el fin de semana a ese ánimo festivo de los vecinos.

El Ayuntamiento de Motril y la Entidad Autónoma de Carchuna y Calahonda (ELA) pusieron en marcha la iniciativa para conseguir que los municipios siguieran disfrutando con emoción una de sus fiestas más tradicionales a pesar de las circunstancias. A través de este original concurso, los ciudadanos han podido participar sin salir de casa haciendo uso de muchos enseres del hogar: jarras, utensilios, mantones, cobre y macetas de hoja que tanto abundaron en los domicilios de la ciudad en los años 40 y 50. Además, para incentivar dicho concurso, Motril estableció varios premios consistentes en lotes de productos que ofrecerán varias empresas locales. En el caso de la ELA, se establecieron varios premios para calles y otros de manera individual. Ante la gran participación, la Entidad que lidera Conchi Abarca está estudiando ampliar las categorías y otorgar más premios durante estas cruces. El jurado deliberará estos días quienes serán los ganadores. Aunque todos sienten que en esta crisis han ganado: las tradiciones siguen en pie y eso es lo que importa.

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