Motril ya se prepara para conmemorar el Día de los Terremotos

Quedan unos días para que Motril se reencuentre con una de sus tradiciones más populares, la fiesta de los terremotos, donde se renueva el voto de la ciudad con sus máximos protectores, Nuestro Padre Jesús Nazareno y su patrona, Nuestra Señora de la Cabeza Coronada. Ayer, se realizaba el traslado de ambas imágenes a la Iglesia Mayor Parroquial de la Encarnación, lugar desde donde se celebrarán los actos litúrgicos para conmemorar este día tan señalado en el calendario motrileño.

Como es habitual cada 7 de enero, la imagen del Nazareno realizó una solemne procesión hasta el Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza para, posteriormente, trasladarse hacia la Iglesia Mayor de la Encarnación junto a la Patrona de la ciudad. Al traslado acudieron numerosos fieles y reconocidos cofrades, que portaron ambas imágenes durante su recorrido.

El primer tramo del cortejo estuvo encabezado por la cruz parroquial escoltada por dos ciriales, a los que les siguió el guión corporativo de la Hermandad del Jueves Santo, el cuerpo de acólitos y el paso del Nazareno.

En su segundo tramo, el guión de la hermandad patronal estuvo escoltado por dos varas a las que detrás acompañó el cuerpo de acólitos. Justo delante del paso de la Patrona, la presidencia estuvo formada por la máxima representante del Consistorio motrileño, Luisa García Chamorro, y tres miembros de la Junta de Gobierno de la Real Hermandad Sacramental de Nuestra Señora de la Cabeza, entre ellos, la Hermana Mayor de la misma, María José Garrido.

La celebración del Día de los Terremotos tiene más de un siglo de antigüedad y se remonta a 1804, cuando un primer seísmo arrasó con gran parte de la ciudad y con las vidas de muchos motrileños. Más tarde, en 1884, esta catástrofe se volvería a repetir. Desde entonces, los motrileños se encomendaron a estos dos titulares, pidiendo que la no volvieran a ocurrir estos terribles sucesos hasta el día de hoy.