La alarma del Estado o el estado de alarma
La definición de pandemia incluye la de epidemia, que es la agravación repentina de una enfermedad, que afecta a gran...
La definición de pandemia incluye la de epidemia, que es la agravación repentina de una enfermedad, que afecta a gran parte de la población pero extendida a muchos países, independientemente de la letalidad, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La primera epidemia, que data del siglo V a.c., la peste de Atenas, fue sucedida por la viruela, la de mayor mortalidad con casi 300 millones de fallecidos y que fue erradicada hace unos cuarenta años. Con más de doscientos millones de fallecidos ocupa el segundo lugar el sarampión, que ahora tiene una vacunación preventiva. También está la peste bubónica, el tifus, el cólera, el sida, el ébola o el zika -que casi impide la celebración de los juegos olímpicos del 2016-. La gripe española, en el siglo XX, causó cinco veces más muertes que la primera Guerra Mundial.
Las posibilidades de desplazamiento de la población actual, y por tanto de transmisión de cualquier agente biológico en pocas horas, nos lleva a considerar que sí que nos importa lo que sucede en Wuhan o en cualquier parte del mundo.
La peste negra del siglo XIV no solo produjo una reducción del 60% de la población, sino que modificó el sistema de vida de los ciudadanos. Desaparecieron comercios y ciudades, afectando a todos los estratos sociales y conduciendo a una migración desde las ciudades al campo.
Ahora, con la pandemia provocada por el coronavirus, el Covid-19, se plantea una situación desconocida. Su elevada capacidad de transmisión y el conocimiento limitado hace que estemos ante una situación de incertidumbre para todos. Es pronto para saber si esta pandemia tendrá la suficiente transcendencia para provocar un cambio histórico, pero existen pérdidas difíciles de cuantificar. No solo en vías humanas, sino en la economía mundial.
Nuestra sociedad del bienestar se ha tambaleado. Es el momento de confiar en nuestro sistema nacional de salud, en sus profesionales, en los cuerpos de seguridad del Estado y en tantos organismos implicados en el estado de alerta.