Pablo J. Fernández: «solo pensamos en la tristeza de los que ahora están sufriendo»

Pablo Javier Fernández Buena Muerte

"Nuestros dos pilares básicos son el culto, que este año no se podrá realizar, y la caridad, en la que se está trabajando durante todo el año"

Conversamos con Pablo Javier Fernández, Hermano Mayor de la Cofradía de la Buena Muerte de Motril, sobre la suspensión de la Semana Santa, la crisis del coronavirus y sus consecuencias en el mundo cofrade y religioso de la ciudad.

Hoy es un día muy diferente. Nadie lo hubiese imaginado así. ¿Qué lección le deja esta crisis sanitaria?

Es cierto que esta crisis nos está dando una lección a todos. Yo creo que la lección más importante con este confinamiento es, sin duda, la de pararse, el pararse a pensar. Vivimos en la sociedad más rápida que jamás ha existido. Todo pasa sin que nos de tiempo a pensar, se hace y ya está, se pasa de una cosa a otra cosa a una velocidad vertiginosa.

La reflexión e interiorización es una parte trascendental de la esencia humana, y anda un poco olvidada. De ella nace todo lo que llamamos valores.

¿Cómo se vivió la suspensión de las procesiones por el coronavirus en el seno de la Hermandad?

Vivimos la suspensión como algo lógico, algo que tenía que pasar, que caería por su propio peso. No hubo opción para el lamento, ya que nos vino impuesta por causa mayor. La salud es algo tan serio, que puede aparcar todo y dejar a un lado todo proyecto, por muy ilusionante que sea.

En cuanto a nosotros, solo pensamos en la tristeza de los que ahora están sufriendo. Pensamos que lo que nos han dicho que tenemos que hacer es nuestra mejor contribución para los demás en estos momentos tan delicados.

¿Servirá para que las Cofradías obtengan mayor reconocimiento social por su papel dinamizador de la economía y el turismo de la zona?

Creo que el que conoce el mundo cofrade, sabe todo lo que hay tras él. Son muchas las personas que viven de la Semana Santa encerrados durante todo el año en sus talleres o realizando decenas de actividades relacionadas. El problema siempre ha sido hablar sin conocer. Puede que durante esta semana de quietud cofrade, salgan cosas en la prensa o en las redes sociales sobre el tema, sobre todo para que otros conozcan.

¿En qué se focalizó la Hermandad este año? ¿Había grandes estrenos?

Nosotros siempre tenemos el foco apuntando a nuestra imagen, el Cristo de la Buena Muerte es el centro. De Él nacen nuestros dos pilares básicos: el Culto, que este año no se podrá realizar y la Caridad, en la que se está trabajando durante todo el año, en la que nos tenemos que ir preparando para todo lo que vendrá después.

En cuanto a los estrenos, esta cofradía no suele tener, decimos de una manera jocosa que el estreno de este año es salir de nuevo el Jueves Santo.

¿Dónde pone la mirada ahora, en la Semana Santa 2021?

Nuestra mirada sigue siendo el trabajo que hacemos durante el año, y este año promete ser, si cabe, más duro que los anteriores. La necesidad va a tocar a la puerta en pocas fechas.

Por otro lado, en 2021, la cofradía cumple 40 años. No vamos a hacer nada que no hayamos hecho ya anteriormente, pero pensaremos en algunas acciones con nuestros hermanos que no se salgan de nuestra línea, por supuesto.

Podría decirte que hace pocas fechas la Agrupación de Cofradías aprobó en junta de hermanos mayores que el Vía Crucis del año que viene se haría con la imagen del Cristo de la Buena Muerte, como ya se hizo hace 30 años, en nuestro 10º Aniversario, portado únicamente por su Cruz, por siete hermanos. 

¿Qué lectura le sugiere los que reivindican una mayor implicación de la Iglesia en esta crisis?

Me da un poco de pena, volvemos a lo de antes, la gente que opina sin conocer. Los que estamos cerca vemos la labor humanitaria que hace la iglesia en muchos países que viven en una continua y peor pandemia que la que estamos sufriendo hoy en nuestro país. Médicos, voluntarios o misioneros se dejan la vida luchando día a día contra la injusticia del hambre, la sed, la guerra, la falta de medicamentos habituales en nuestra sociedad.

La crítica es muy fácil, si parte de esa aversión intrínseca que tiene el ser humano contra algo con lo que no comulga. Aquí solo nos quedamos con terribles actos de algunos hombres de la iglesia, por cierto, condenados con dureza por el mismo Papa, o con los tesoros que hay en ella, cuando no paramos de visitar las obras de arte que nos dejaron nuestros antepasados y que son patrimonio de todos.

Hay que ser justo: “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.

¿Habrá magna cuando acabe la pandemia o no es partidario?

Lo que va a haber es mucha necesidad, y ahí tenemos que estar todos al pie del cañón. Pienso que es momento de pensar solo en eso y estar preparados. Lo que nos depare el futuro movimiento cofrade en cuanto a una Magna, no está en nuestros pensamientos, pues no es de nuestra competencia ni siquiera pensar en ello.

¿Qué echará de menos hoy?

Tendremos lugar para el descanso en cuanto a los típicos nervios que siempre afloran. Pero sí que se echará de menos recibir y verles la cara a todos los hermanos cofrades y familiares que se presentan fieles cada año en la casa de hermandad a partir de las diez de la noche. Disfrutar con la soltura de éstos y la sencillez con que se desenvuelven durante el desfile, notar el peso del trono en el hombro, escuchar el silencio, roto por el sordo redoble de un tambor, el abrazo de los portadores al finalizar la estación de penitencia… Pero, sobre todo, ver la expresión de miles de personas, muchas de ellas no creyentes elevando su mirada, lágrima incluida, hacia la imagen del Cristo de la Buena Muerte al paso por las calles de su ciudad.

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