Rody Aragón llega a Motril con un circo que recordará una época histórica uniendo a tres generaciones

“Había una vez… un circo”. Con este reclamo está todo dicho para que el público motrileño sepa qué se va a encontrar dentro del “mayor espectáculo del mundo”, como así se ha definido en las últimas décadas al circo. Desde el 21 al 30 de enero, con funciones matinales y vespertinas, Berlin Zirkus capitaneado por Rody Aragón, Hijo de  HYPERLINK «https://es.wikipedia.org/wiki/Alfonso_Arag%C3%B3n_Berm%C3%BAdez» \o «Alfonso Aragón Bermúdez» Fofó, hermano de Fofito y sobrino de  HYPERLINK «https://es.wikipedia.org/wiki/Miliki» \o «Miliki» Miliki y  HYPERLINK «https://es.wikipedia.org/wiki/Gabriel_Arag%C3%B3n» \o «Gabriel Aragón» Gaby; chicos y grandes se reencontrarán con uno de los mayores hitos televisivos que ha dado la historia de España y que protagonizó la gran familia de payasos que encandiló a la generación de los setenta y ochenta, que dio grandes figuras al panorama artístico español y que dejó el legado de las famosas canciones de los payasos de la tele, habiendo traspasado estas las fronteras del siglo XXI y manteniendo, actualmente, toda su vigencia.

Hoy, la alcaldesa motrileña, Luisa María García Chamorro, ha recibido a Rody Aragón ante la inminente apertura de puertas del circo instalado en el recinto ferial del Cortijo del Conde: “nos llena de ilusión, sabemos la expectación que se ha generado en Motril y estoy muy convencida de que muchas, muchas personas querrán vivir unas horas de recuerdo que serán mágicas, porque habrá mucha risa y también emoción contenida para quienes recordamos toda una gran época”, decía la regidora.

El artista, que se enfundará en Motril el clásico traje y sombrero rojo que constituyó la mejor marca estética de ‘los payasos de la tele’, aseguró estar “encantado con una tierra que es mi segunda casa y en la que voy a disfrutar muchísimo”, dijo Rody Aragón para quien el circo “tiene plena vigencia en la actualidad y los niños se lo pasan en grande”. Un espectáculo que viene cargado de música, malabarismo, trapecio y color. Se trata, además, de un circo sin animales, por deseo expreso de sus promotores, “donde sobre todo puedo asegurar que el público soñará de una manera que no pueden imaginar, porque todos se convertirán en niños”, dijo el último gran payaso de la tele.