SAT Campos de Granada, la empresa que comenzó con un pequeño almacén en mitad de los Llanos de Carchuna

Paula Spa, SAT Campos de Granada

Llevan el nombre de la Costa Tropical por todo el mundo con la marca propia Marina Verde de gran calado internacional

Son, sin lugar a dudas, uno de los pilares de la economía de la Costa Tropical en la actualidad. La empresa SAT Campos de Granada cuenta con trescientos «buenos agricultores», como a ellos mismos le gusta definir, y una red comercial por toda Europa que distribuye, de manera directa, hortalizas de todos los campos de la costa granadina.

Todo comenzó gracias a un pequeño almacén en mitad de los Llanos de Carchuna construido por Florentino Vázquez y su esposa Marina Cortés en el año 1953. Precisamente, la construcción de este singular almacén actuó como un efecto mariposa: supuso un impulso fundamental para el desarrollo de la localidad de Carchuna que no era, ni por asomo, lo que nuestra visión reciente nos muestra. Gracias a la visión de Fulgencio Spa Cortés y Florentino Vázquez, a lo largo de los años, el almacén sirvió como punto de encuentro entre agricultores que querían vender sus hortalizas y que no contaban con recursos suficientes para transportarlas a otros lugares. Desde esta zona partieron barcos de vela para transportar por mar tomates hasta Málaga y Almería. Mucho tuvieron que ver estos hechos con la historia posterior de una empresa hecha a sí misma que halló el modo de desarrollar una agricultura temprana para transformar los campos áridos de Carchuna en una tierra productiva para muchos agricultores y familias.

La Costa Tropical es uno de los lugares donde más peso tiene el campo y mucho tienen que ver trayectorias como las de Fulgencio Spa Vázquez, un hombre sencillo que nunca ha buscado el reconocimiento, pero que hunde sus raíces en esta tierra y en su gente. A través de esta iniciativa que originariamente primero llevó el nombre de ‘Los Vázquez’, después el de Fulgencio Spa SL, y a partir de 2016 el de SAT Campos de Granada -gracias a la integración con los socios agricultores-, el sector de la agricultura de la Costa no ha dejado de crecer desde las últimas décadas. Ahora, y con una marca propia de calado internacional, SAT Campos de Granada exporta principalmente tomates cherry, pepinos y pimientos de distintas variedades que el mercado demanda específicamente. Además, esta empresa cuenta con certificados en los más exigentes protocolos de calidad y con el reconocimiento OPFH por parte de la Junta de Andalucía para apoyar e impulsar cambios en las instalaciones de sus agricultores y apostar, junto a ellos, por la innovación, la tecnología y los productos ecológicos.

El motor de este engranaje imparable ha sido posible gracias a los profesionales de la tierra, que no solo han sabido adaptarse y ajustarle a los cambios y a la modernización de la agricultura, sino que han sabido sacar músculo en las situaciones más difíciles que se han presentado por el camino. Entre ellas, la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, en la que el sector agrario ha ocupado un protagonismo vital. «Nosotros no hemos parado en ningún momento», cuenta Paula Spá, responsable del Departamento de Personas, Comunicación y Acción Social de SAT Campos de Granada. Incluso llenos de incertidumbre durante los primeros días del decreto del estado de alarma, la cadena productiva ha seguido funcionando a pleno rendimiento. «Organizamos distintas actividades durante los días más duros del estado de alarma. Por ejemplo, sacábamos unos minutos al día para bailar y aplaudir», relata esta mujer sobre los días de confinamiento. El almacén de Torrenueva se convertía, así, en una pista de baile durante breves instantes para desconectar de una realidad convulsa y rara. A pesar de que se guardaba la distancia y que el contacto físico entre ellos era nulo, aquel espectáculo diario era como un abrazo lejano. Un grito a la resistencia. Un empujón que invitaba a seguir, que iluminaba parte de las sombras que el coronavirus dibujó entre la sociedad. Durante esos días se avivó «la unión entre los trabajadores de la empresa», tal y como relata Paula Spá, quien añade que SAT Campos de Granada cuenta con “el mejor equipo humano de la Costa Tropical”.

Ahora, con la mirada puesta en el futuro, esta empresa está focalizada en hacer frente a este momento crucial con la mejor de las actitudes. Llevan el verde esperanza de los campos y la resiliencia, inagotable, de los agricultores. Nada puede salir mal.