«Seguiré ofreciendo alternativas al modelo de ciudad que tenemos y que no funciona»
Inma Omiste abanderó el proyecto de IU en las pasadas elecciones municipales, apuesta por un modelo de ciudad sostenible y no está dispuesta a tener ningún acercamiento, por mínimo que sea, con VOX
A Inma Omiste le gusta la política desde los tiempos de Anguita y Llamazares. Aunque a nivel local no se estile decirlo, es licenciada en Ciencias Políticas y se afilió a Izquierda Unida justo al terminar su carrera universitaria. Los caminos de la vida le hicieron, en estas últimas elecciones municipales, abanderar el proyecto político en Motril de esta formación de la que emanan archiconocidas personalidades como la de Daniela Paqué o Felipe Villa. De ellos guarda solo buenos recuerdos y palabras de agradecimiento. «Daniela ha trabajado mucho por Motril y ambos son políticos honestos y coherentes», dice, al mismo tiempo que la sonrisa le invade el gesto y acaba admitiendo que jamás podría ser objetiva en esta cuestión.
De oposición sabe, y mucho, Izquierda Unida, pues se han curtido a base de librar batallas en la parte baja del pleno. «Llevamos más de quince años sin estar en un Gobierno, somos carne de oposición, pero jamás renunciaría a mis principios por hacer algo que esté bien visto mediáticamente», declara. En estos últimos comicios EQUO tendió su mano para unir fuerzas y mejorar los resultados. «De Juan Luis Valdivieso solo puedo hablar maravillas, nos ha facilitado siempre las cosas y es una persona muy implicada en este proyecto», cuenta. La variedad del nuevo espectro político y no conseguir llegar a un acuerdo con Podemos les hizo perder su tercer concejal. «Si hubiésemos unido más fuerzas podríamos haber llegado al cuarto, Podemos no llegó a lograr tener representación por sí solo», señala Inma, que estuvo casi tres años trabajando una confluencia con la formación morada que finalmente no llegó a buen puerto.
Bajo su seriedad se esconde una mujer con carácter, pero cercana y sensible en las distancias cortas. «No me gustan las injusticias y jamás podría votar una moción que provenga de partidos que llevan impregnado un discurso de odio detrás», dice tajante. «Llevo toda mi vida intentando quitar de la sociedad todo lo que hoy representa VOX», lamenta. Cree que Motril puede cambiar, pero no existe voluntad. «La oposición me ha enseñado a no relajarme, yo no paro y seguiré ofreciendo alternativas al modelo de ciudad que tenemos y que no funciona», subraya. El proyecto de marina interior de playa Granada le parece una «aberración medioambiental que podría ser peligrosa para la Charca de Suárez». Considera que siempre aparece la palabra «empleo» en estas iniciativas y que finalmente luego todo se desdibuja. Ella apuesta por un modelo alejado del urbanismo y mucho más sostenible y respetuoso con el medioambiente. Cree que los políticos deben dejar de mirar a Marbella y poner sus ojos en Conil o Cabo de Gata.
No es de extrañar que entre sus áreas preferentes se encuentre Urbanismo, Medioambiente o Igualdad. «No es que el área de Urbanismo me guste, pero desde ahí se pueden hacer grandes cosas por esta ciudad que debe cambiar su modelo productivo», se sincera. «Igualdad o Formación y Empleo me llaman mucho la atención, hay muchas mujeres con titulaciones, que tienen cuarenta años y no logran volver a la vida laboral y creo que se puede hacer mucho por ellas aún», señala.
No oculta su discrepancia con el modelo de gestión de García Chamorro, que «vive de las rentas y del saneamiento económico que realizó el anterior equipo de Gobierno». Omiste destaca que, en este primer año, la alcaldesa no ha presentado proyectos propios y que «no conoce la realidad que viven los motrileños cada día». Pone el énfasis en los más de 6.000 parados que existen en el municipio y en la falta de transparencia del Consistorio en asuntos como las contrataciones de los auxiliares de playas o el recorte de recursos económicos en el plan AIRE para promover la contratación de personas. «La opacidad en el proceso de selección de los auxiliares dará que hablar», adelanta. «Podrían haber seleccionado a ciudadanos con necesidades y mayores cargas familiares, no nos proporcionan información sobre cómo se ha escogido a este personal de vigilancia pero creemos que las cosas no se han hecho nada bien y es nuestra obligación denunciarlo», apostilla.
El inconformismo ha sido siempre una de las fórmulas para evolucionar y crecer como sociedad, pero nadie dijo que fuera fácil. Omiste lo sabe y está convencida de que la base de su trabajo radica en no alejarse de sus principios. Le gusta la discrepancia pero sin faltas de respeto. No le van las redes, pero sí la calle. Lo primero procura visitarlo poco, lo segundo cada día. Y en eso anda. La política quema porque a veces es ingrata con el que piensa distinto, pero la ilusión la tiene cargada. Y si eso no falta, aún queda Omiste para rato.