Una motrileña gana el primer premio del Concurso Spin-Off de la UMA con un proyecto que lucha por una cultura accesible

Andrea Fernández, spin off de la UMA con MUSA

Ha sido gracias a su proyecto MUSA, una iniciativa que quiere desarrollar planes de accesibilidad cultural, fundamentalmente destinados a personas sordas y ciegas

Se llama Andrea Fernández, estudió Traducción e Interpretación, y acaba de ganar el primer premio del Concurso Spin-Off 2020 de la Universidad de Málaga dotado con 12.000 euros que concede la Cofradía de Estudiantes y patrocina la empresa ACOTRAL. Ha sido gracias a su proyecto MUSA –Museos Accesibles-, una iniciativa que pretende que la cultura esté al alcance de todos gracias a la realización de planes de accesibilidad cultural, fundamentalmente destinados a personas sordas y ciegas. 

Esta joven motrileña de 24 años se presentó a este concurso universitario de creación de empresas para quitarse “la espinita” sobre una idea que llevaba mucho tiempo rondando en su cabeza. No creía, en ningún momento, que la idea que planteaba pudiera alzarse con el primer premio de esta edición. Esta estudiante tenía ganas de desarrollar un proyecto para dotar a los museos de los recursos necesarios para que todas las personas tengan igualdad de condiciones. “Cuando cursé el máster de Traducción Profesional me di cuenta de la sensibilidad en la interpretación que tienen las personas ciegas y sordas y me quedé con las ganas de desarrollar una propuesta en la que se destacara la importancia de la accesibilidad en los museos”, añade.

Durante sus estudios de postgrado, Andrea tuvo la oportunidad de conocer, de primera mano, en qué estado se encuentra la accesibilidad museística en España. “Hay mucho que hacer para lograr que la cultura verdaderamente sea disfrutada por todos en igualdad de condiciones” cuenta. Su labor como traductora es fundamental en estos espacios en los que se necesita actualizar y revisar los contenidos de manera urgente para posibilitar que las personas con discapacidad sensorial puedan acceder a la cultura, independientemente de sus capacidades e intereses. “Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que una persona sorda no comprende el castellano de la misma forma y por eso hay que integrar recursos para diferentes tipos de público”, señala Andrea. La audiodescripción, el subtitulado para sordos, la interpretación en lengua de signos son algunas de las herramientas que se emplean con frecuencia en los museos accesibles para facilitar el acceso a todos los visitantes. 

A este concurso se presentaron 47 proyectos. La mayoría de las propuestas reflejaban las nuevas necesidades y los cambios asociados a la crisis sanitaria. Andrea decidió apostar por uno de los retos latentes que afectan a sectores críticos como la cultura. Ahora se habla mucho de la cultura segura, pero poco sobre ofrecer un mejor servicio a los colectivos más vulnerables. Esta joven tiene ahora a su disposición un equipo multidisciplinar y un proyecto muy ambicioso por delante: eliminar barreras, mejorar la información o avanzar en el diseño de los planes museísticos de Andalucía. Esos son algunos de los deseos de esta motrileña valiente que ha decidido defender algunas de las demandas más repetidas  entre las personas con discapacidad. Está dispuesta a tocar a todas las puertas posibles y tiene fijado Motril en su ruta. Quiere que su ciudad sea el ejemplo de lo que la sociedad actual demanda. Espacios abiertos a todos, más humanos y, por supuesto, plenamente accesibles.