Victor Martínez: “de la coronación de la Pastora se ha hablado mucho”

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Martínez cierra un ciclo tras ocho años como Hermano Mayor de la Hermandad de la Divina Pastora

Esta ha sido la última salida de la Divina Pastora que Víctor Martínez ha vivido como Hermano Mayor. El mandato que ha encabezado ha durado ocho años y se va por la puerta grande: la celebración del centenario de la reinstauración de la corporación y la buena sensación de haber hecho los deberes.

Ha habido de todo estos años…

Sí, pero todos han sido especiales. Para caminar tienes que saber hacia dónde quieres ir y que cada paso que se de sea para crecer. Y eso creo que lo hemos conseguido.

¿Esa afirmación en qué se basa?

A corto plazo queríamos crear un cuerpo de hermanas de luz. Los cohetes siempre habían sido una forma de demostrar la devoción del barrio hacia la Divina Pastora. Al prohibirse, nos tuvimos que reinventar y vimos acertado que la hermandad creara un grupo de camareras que pudieran acompañar a nuestra Madre en su día grande. Gracias a Dios hoy son treinta y cinco mujeres. 

¿Y a largo plazo?

Nos propusimos tener un ajuar adecuado a la imagen que teníamos. Sentíamos que faltaba algo. Si alguien mira con detenimiento alguna fotografía antigua verá que la Pastora vestía diferente, con más encajes o su borrego. Ahora no tenemos un ajuar excesivo, pero creo que lo hemos mejorado y ha sido uno de los cambios más notables de la imagen.

Y también la organización del Centenario.

¡Aún seguimos! Comenzamos en junio con el pregón de Antonio Reinoso, llegó el rosario público y aún hay muchas cosas que ver. Pronto daremos una conferencia en la que nos gustaría hablar sobre el párroco Martín Sierra, fue un antiguo cura de Capuchinos que fusilaron a los pies del cerro en la Guerra Civil y del que nos han donado una reliquia firmada por él. Será muy interesante.

¿Y habrá salida extraordinaria?

Ese será el cierre de un año muy especial, si todo sale bien. Además, el transcurso de la celebración del centenario de la refundación de la hermandad el año que viene coincide con los 300 años de la imagen de la Divina Pastora. No creo que exista mejor cierre que ese. 

Se habla de coronación…

De la coronación se ha hablado mucho. Fundamentos tenemos: nuestra historia, la labor de caridad que desarrollamos o la devoción que se le tiene a nuestra imagen son razones de peso para iniciar un expediente. Pienso que las imágenes que pueden ser coronadas en un futuro próximo serán las de la Pastora y las Angustias. Tenemos base y proyecto, pero de momento la hermandad no está en esa etapa.

¿Podría ser la medalla de oro de la ciudad un aliciente?

Por supuesto. Si la ciudad concediera una medalla de oro reafirmaría lo que decimos y sumaría puntos en caso de una coronación. Para la hermandad sería algo muy especial, pondríamos aún más en valor su arraigo, su trayectoria y la devoción del pueblo motrileño. 

¿Ha habido malos momentos durante estos años?

La verdad que no, que todo lo que recuerdo es bueno salvo cuando Diego Quesada se marchó. Cuando me dijo “en un mes me voy”, sentí que no se iba el párroco de mi iglesia, sino un gran amigo.

¿Qué resaltamos de los buenos?

Nuestra prioridad siempre ha sido acercarla a donde la esperan. Por eso el recorrido cada año ha sido distinto. Debo admitir que yo no soy cofrade, soy pastoreño. Y cuando llega el tercer domingo de octubre siento que la hermandad no sale a la calle, sino que la Divina Pastora sale a su barrio. Me gusta ver las puertas abiertas, a los abuelos y las familias sacando sus colchas y baldeando sus aceras. Se respira otro aire y esa es una de las mejores sensaciones que he tenido nunca. 

¿Qué pasará en las próximas elecciones? 

No lo sé. Pero personalmente, a mi me encantaría ver a una mujer como Hermana Mayor. 

Temas: Divina Pastora.
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